El candidato a intendente por Acción Marplatense (AM), responde el cuestionario de LA CAPITAL en una tradicional cafetería marplatense, a la que llega acompañado por su hija más chica. Después del café, llegan las respuestas.
-Fecha y lugar de nacimiento.
-2 de agosto de 1961 en Dolores.
-Estado civil y profesión.
-Soltero, pero estoy con Lucila desde hace más de 15 años, tenemos dos hijas, Liz y Estela, de 7 y 15 años. Estoy graduado de contador público y desarrollamos un emprendimiento familiar con mi mujer: producimos alimentos y los comercializamos.
-Un recuerdo de la infancia.
-El más recurrente son mis abuelos y la vida en Dolores, en el campo. Tuve a los cuatro abuelos, tenían características diferentes entre ellos pero el común denominador de pasar tiempo juntos y conversar; la serenidad de las tardes tomando un mate, a la vuelta de la escuela; las idas al campo y a pescar; las conversaciones de política. Siento que había un espacio que entiendo lo disfrutaban, nosotros lo disfrutábamos.
-¿Cuándo y por qué empezó a militar?
-Con la vuelta de la democracia, finalizando el gobierno militar, ya en la universidad había momentos previos a Malvinas en los cuales el debate se encendía. El comienzo de la militancia activa fue cuando pudimos expresar nuestras ideas en forma de proyectos y a desarrollar una actividad en toda la sociedad. El pensamiento político y la política los registro desde que era muy niño, 7 u 8 años, junto a las conversaciones políticas con mis padres y mis abuelos. También experiencias de la Argentina, como la vuelta de Perón; los movimientos insurgentes; la irrupción de Montoneros; a mi papá cantando la marcha peronista; el reconocimiento de mi abuela peronista a la madre de mi padre de la figura de Frondizi. Creo que eso tuvo que ver con mi interés profundo por el desarrollismo y un país industrial.
-¿Por qué se dedicó a la política partidaria?
-Siempre tengo la duda si yo me dediqué a la política o la política se dedicó a mí, porque he sentido la inclinación como si fuera una naturaleza. He sentido esa vocación y la llevo de la misma manera que se lleva una forma de ser, con alegría y sinsabores. La política me habita y me siento profundamente político. Tengo la presunción que todo es político, el dolor es político, como leí hace poco en un artículo de (la periodista) Sandra Russo.
-En caso de volver a ser elegido intendente, ¿cuál sería la primera medida que tome?
-La primera medida es un cambio de actitud y esa rige a todas las demás. La actitud es la que determina todas las demás construcciones, es la determinación más visceral y más profunda. La que hay que tener sin concesiones es la de gestionar pensando en todas las mujeres, los hombres, los niños y los jóvenes reconociendo sus derechos y la deuda frente a los derechos insatisfechos. Hay que arbitrar políticas y procedimientos para que esos derechos sean satisfechos, como la defensa del trabajo, de un sistema de salud que tiene que dar respuesta. A veces siento que mucha gente sufre la ausencia de servicios de salud de manera lacerante y la segunda laceración es la incomprensión de la necesidad que se tiene de que ese servicio funcione. Hay que tener compromiso con el trabajo de un modelo municipal, con la educación, con la cultura, con la seguridad democrática, que es el campo de la seguridad y de la prevención de la inseguridad en la que debe trabajar el gobierno, respetando los derechos de las personas pero involucrándose activamente en eso que termina siendo una preocupación y una amenaza y que no debe serlo si se lo trabaja.
-¿A favor o en contra de la despenalización del consumo de marihuana?
-Dejame decirte primero que prefiero los polideportivos. O la plenitud generosa de una lectura o charla tranquila. En cualquier caso puede ser una discusión algo estéril, porque el consumo personal no está penalizado. Cuando el consumo de cualquier sustancia se convierte en adicción tiene que haber una presencia activa del Estado para la atención de quien lo necesite.
-¿Pañuelo verde o pañuelo celeste?
-Creo que a todas las mujeres y los hombres nos hace falta fortalecer la cultura de la comprensión por sobre la cultura de la confrontación. Entiendo que no debemos excluir al que piensa de otro modo y respetarnos más radicalmente. En Acción Marplatense confluyen mujeres y hombres con diferentes opiniones. Personalmente creo que debemos respetar la libertad de las mujeres y reconocer sus derechos.